miércoles, 23 de enero de 2008

Lobios (Orense)



Llueve sobre el mercadillo de Lobios. Aquí un matrimonio maduro duda ante una pila de pantalones vaqueros; ahí la pulpeira coge el pulpo, centro de todas las miradas, para meterlo en la bolsa de plástico; un poco más allá los calderos, alambiques y cacerolas de cobre; enfrente, los políticos venden su mercancía observados por una viejecita vestida de negro que a su vez vende paraguas al lado de un puesto donde venden hogazas.
Todos cobran por lo que dan, bueno... todos no. Hay alguien que entrega lo que más vale sin pedir nada a cambio; besa la tierra sumisa para que dé su fruto y recoge lo que sobra en el mar. Llueve sobre Lobios.
Ángel



3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay que picar una vez sobre la foto para verla mejor y poder coger más detalles para el relato.¡Suerte!

Anónimo dijo...

Me encanta la última frase. Un par de vendes muy juntos, pero como "descriptor" no tienes precio.¡y un hacha en esto de internet! Los demás lo intentaremos.

Anónimo dijo...

Me gusta como miras las cosas pequeñas de la vida y las haces grandes. O tal vez es que sabes que son grandes en sí mismas y quieres que los demás lo sepan.
Quizá cambiaría de lugar los pantalones vaqueros (que son una venta "nueva") y los colocaría entre el pulpo y los alambiques (que son objetos tradicionales) Representarían así el cambio y, al mismo tiempo, lo nuevo que se empieza a formar parte de algo ya existente, la aceptación.
Me encanta que los políticos también vendan su mercancía, y que ¡la vendedora los mire con flema gallega!
Estoy de acuerdo en que eres un buen descriptor, pero creo que en realidad eres un enooooorme observador, y que te implicas en esa observación, lo que "carga" tus textos de una cierta ternura y otra cierta magia. ¡Cuentanos algo más! blanca