Cuéntame un cuento, madre, que me quiero dormir. Cuéntame un cuento, madre, que ya sale la luna. Que no tenga niños malos, ni ogros, ni brujas. Que no hable de pateras, ni de hambres, ni de brumas. Cuéntame un cuento, madre, que ya sale la luna.
Siempre he pensado que los mensajes en botellas son el último recurso de la esperanza, gritos ahogados en el vacío inmenso del océano, deseo por dejar constancia de nuestra invisible existencia. Ahora sé que anónimas botellas se buscan entre mares de palabras.
1 comentario:
¡Ánimo, que ya nos quedan menos!
Ángel
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